El óxido de etileno, a temperatura ambiente, es un gas incoloro con un olor dulce. Se usa comúnmente como agente esterilizante en plantas de fabricación que fabrican productos médicos. Las personas que viven y trabajan cerca de plantas de fabricación que liberan óxido de etileno al aire corren el riesgo de exposición al óxido de etileno (“ETO”) y contaminación.
La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) realizó un estudio de 10 años sobre los peligros potenciales asociados con la exposición al óxido de etileno. Para 2016, la EPA había determinado que el óxido de etileno era mucho más peligroso de lo que los científicos habían creído anteriormente. En base a este hallazgo, la EPA movió el óxido de etileno en 2016 de una lista de químicos que probablemente podrían causar cáncer a una lista de químicos que definitivamente causaron cáncer.